Cerca del mediodía, el rumor sobre la existencia de una presunta orden de detención en contra de un dirigente de la Asociación Bancaria derivó en una improvisada protesta en la Caja Popular de Ahorros. La manifestación fue encabezada por el gremio, que desde hace meses mantiene un duro enfrentamiento con el interventor de la entidad, Armando Cortalezzi.
Pasadas las 12 trascendió, en los pasillos de la institución, que efectivos de la policía contaban con una orden para detener al dirigente Hugo Ledesma, por -presuntamente- haber infringido una restricción judicial de acercamiento hacia empleados de la Caja, que habían presentado una cautelar en la Justicia. Según explicó Ledesma a LA GACETA, la medida ya no tiene efecto por haber sido recurrida oportunamente por la Asociación Bancaria. "Nosotros objetamos esa disposición por arbitraria y ya quedó sin efecto", explicó el dirigente, que integra la comisión directiva del sindicato. "Quiero denunciar la persecución a mi familia por parte del interventor. Mi empleada doméstica fue seguida y amenazada por un grupo de hombres que conducían un Ford Falcon. Las amenazas sucedieron cuando ella llevaba a mis hijos al colegio", señaló Ledesma.
Mientras se desarrollaba la protesta en el hall central de la entidad, un grupo de empleados comenzó a proferir cánticos en favor de Cortalezzi. Esta situación generó un fuerte cruce verbal y de insultos entre los dirigentes de La Bancaria y los empleados. En ese momento, el secretario general del gremio, Eduardo Bourlé, manifestó a los gritos: "estos empleados apoyan a Cortalezzi porque reciben prebendas y ascensos en sus puestos laborales".